Friday, June 27, 2008

Escuchando a la "Crosta" hispánica.


jueves 10 de enero de 2008
"LA CROSTA"

Bassas se muestra satisfecho y sonriente

¿A qué se refiere Joan Ferrán cuando dice que hay que librarse de la crosta nacionalista en TV3 i Catalunya Ràdio?


Cuando este señor, que no me cae ni bien ni mal, dice que hay que acabar con la “crosta nacionalista en TV3 i Catalunya Ràdio, creo entender que le preocupa lo mismo que a mi y a muchos ciudadanos y a los motivos que me han hecho sintonizar por las mañanas a Carles Francino de la cadena SER.

Antoni Bassas me produce (producía) ardor de estómago por las mañanas hasta que me hinchó las narices y dejé de escucharle. Su manera de comunicar transmite unas ansias de sentar cátedra que rozan el delirio. Su forma de expresarse, está preñada de intenciones que van más allá del puro y lógico afán de transmitir hechos de la vida diaria. Siempre añade su coletilla, su comentario sectario, unívoco y vehemente: todo va mal y puede ir peor y la culpa es de los mismos de siempre. Él hace la pregunta y se responde a sí mismo.

Este señor debería sentir un poco de compasión por los que pagamos su sueldo, es decir todos nosotros, esa sociedad plural, adulta (creo yo) que merece no sentir insultada su inteligencia.

Antoni Bassas va más allá del papel de informador, él va directamente a crear opinión, su opinión.

Creo yo que esta perversión y cambio de papeles debería finalizar por el bien de todos. No se puede desde un medio público, lanzar panfletos que crean anticuerpos en una buena parte de la sociedad.

La información debe ser un instrumento para que el ciudadano pueda crearse una opinión y ejercer su espíritu crítico hacia lo que esté sucediendo en el seno de la sociedad. Lo contrario, lo que critico, tiene otro nombre: manipulación.

En TV3, no funcionan de forma muy diferente a Catalunya Ràdio, Albert Om que conduce el programa El Club todas las tardes, padece del mismo mal que su colega Bassas.

No pierden oportunidad de meter un poco de salsa del mismo bote que usa Bassas y por si fuera poco invitan a este último para que remache lo que ha dicho por las mañanas desde Catalunya Ràdio.

Albert Om no para de buscar nuevos agravios cada día. Obvia descaradamente la situación de la que venimos y tendenciosamente lleva su discurso hacia dónde le conviene.

Los ciudadanos ya saben que los trenes de Cercanías son un desastre, que funcionan francamente mal. Las infraestructuras en Catalunya dejan mucho que desear y últimamente se ha hecho más evidente con las graves incidencias acaecidas, que han puesto patas arriba el normal funcionamiento de la sociedad, que se ha visto seriamente perjudicada por los fallos del servicio de Cercanías, el sistema eléctrico y el colapso de las vías de comunicación. El colapso de las autopistas y vías que comunican la periferia con Barcelona, hace años que son insuficientes y nunca se había hecho tanto hincapié en ello. No necesitamos a Albert Om para que nos lo recuerde, abriendo su programa con el mismo tema casi a diario.

En muchas ocasiones presentan los hechos de forma tan confusa que el espectador acaba creyendo que los trenes funcionan mal por culpa del Govern.


La línea adoptada por Om va mucho más allá del estricto hecho de informar, adoleciendo, como en el caso de Bassas de los mismos ribetes sectarios.

No se puede pretender gozar de credibilidad estructurando la información a conveniencia, buscando para el caso el invitado más adecuado a sus planteamientos, que no hará otra cosa que ratificar corregido y aumentado el verdadero mensaje que se quiere transmitir.

Joel Joan es un claro ejemplo de lo que expongo. Este actor conocido por su ideología independentista, es azuzado en la entrevista para que hable y diga todo lo que Om le apetece que diga.

¿Quién manda en la Corporació catalana de Ràdio i Televisió? ¿A qué controles se someten los contenidos? ¿Acaso el difícil equilibrio político que sostiene al Govern d´Entesa obliga a mirar hacia otro lado?

Quizá algunos periodistas de TV3 i Catalunya Ràdio añoran aquella época en que el propio Jordi Pujol, llamaba personalmente para recriminarle al redactor el tratamiento que había dado a determinada noticia de la que él o su partido eran protagonistas.

Me atrevo a denominar a esta actitud largamente mantenida por los periodistas de la Corporació, como síndrome de Estocolmo y si no es por el dichoso síndrome, se necesita una profunda revisión sobre estos profesionales que aprovechan su situación privilegiada para hacer política partidaria.
Publicado por DESPERTAFERRO en 10:10
2 comentarios:

manuel allue dijo...

Los dos, ambos (ambos-los-dous como dicen los gallegos), el Bassas i l'Om me ponen malo. Representan o quieren representar a parte de lo que odio y se creen en poder de esa verdad totalizadora y excluyente que hemos tenido que soportar durante mucho más de veinte años, de esa dictadura de las formas y de los fondos, de esa "feina ben feta" que comsiste en trabajar, pagar, comer fricandó los domingos, sonreir y votar nacionalista. Hay MUCHA Catalunya que no es eso, que no es así.

Siempre te doy la razón, Despertaferro, pero a lo mejor es que estamos de acuerdo.
10 de enero de 2008 21:19
DESPERTAFERRO dijo...

Amigo Manolo: Estamos de acuerdo una vez más.
Me pone malo que el sueldo de estos empotrados con brillantina y ropa cara, salga de mis impuestos.
11 de enero de 2008 21:25

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