Friday, March 07, 2008

EN CATALUNYA, EL 9M: "INDEPENDÈNCIA=ABSTENCIÓN"


(Fotografia adjunta: Anuncio de la Organización Política Catalunya Acció promoviendo la Abstención para las elecciones españolas del 9 de Marzo, publicado en el Diario Avui el 2 de Marzo, domingo anterior al dia de la votación.)

La consigna en Catalunya para las elecciones del 9 de Marzo, por parte de las organizaciones independentistas, és "INDEPENDÈNCIA=ABSTENCIÓN"

Sala Martín ha dicho públicamente que no votarà a CIU, ni a Esquerra, ni a ICV, ni al PP, ni al PSC en sendos artículos publicados durante esta campanya electoral en el Diario la Vanguardia.

A la vista de estos artículos, me pregunto si el Professor Sala Martín se abstendrá en estas elecciones españolas del 9-M?

Veamos primero el pórtico de la Web www.catalunyaaccio.org

"Quan abans entenguem que aquest no és el camí, que pertànyer a Espanya i anar a Madrid només ens pot portar misèria espiritual i econòmica, abans començarem a redreçar el futur del nostre país.

EL PAÍS ENS FALLA PER DALT, PEL LIDERATGE POLÍTIC.

NOMÉS LA INDEPENDÈNCIA I UNA REGENERACIÓ POLÍTICA I NACIONAL PROFUNDA ENS PODEN GARANTIR LA NOSTRA PROSPERITAT I PLENITUD COM A POBLE.


Catalunya Acció, març del 2008"

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I luego acudamos al Blog "Des de les comarques de Girona" :

http://blocs.mesvilaweb.cat/joanvila

Veanse en este mismo post los diferentes artículos referenciados del Professor Sala Martin precedidos de un t´tulo en letra negrita:


No Votaré ICV

La verdad por delante: ICV nunca me ha gustado. Pienso que es un partido repleto de soldados derrotados del marxismo con antifaz ecologista, dispuestos a seguir luchando contra un sistema económico que ha logrado que miles de millones de ciudadanos de todo el planeta hayan escapado de la pobreza. Un sistema que, para ellos, representa una dolorosa derrota intelectual difícil de olvidar. Una de sus armas actuales es la peculiar utilización de las palabras “nueva cultura”. Hablan de nueva cultura del agua, nueva cultura de la vivienda, nueva cultura de la energía, nueva cultura de paz, nueva cultura de residuos y de infinidad de nuevas culturas más. ¿Por qué quieren culturas nuevas? Pues porque piensan que los ciudadanos somos malos, egoístas o ignorantes y tomamos decisiones equivocadas. Ellos, que son buenos, generosos y sabios, están ahí para protegernos de nuestros propios errores y la manera de hacerlo es darnos una “nueva cultura”: cuando no les gusta que gastemos agua, nos dicen que necesitamos una nueva cultura del agua; cuando no les gusta que cojamos el coche, quieren que cambiemos a una nueva cultura del transporte. Todo esto sería una anécdota grotesca sino fuera porque, cuando llegan al poder, las nuevas culturas acaban siendo implementadas con regulaciones, prohibiciones, multas, límites de velocidad, coerciones, cánones, impuestos, sanciones y castigos. El disfraz verde queda muy moderno, pero la nomenklatura que se esconde debajo, sigue representado una amenaza para nuestra libertad. No votaré ICV.

No Votaré PP

Decía el liberal más importante del siglo XX, Milton Friedman, que el estado debe financiar la educación porque la educación tiene una externalidad positiva. Ejemplo de ello es la inmersión lingüística catalana que ha permitido que los hijos de los millones de inmigrantes que, durante el franquismo, vivían en guetos lingüísticos separados, se integraran a un país bilingüe. La educación permitió la integración y eso ha beneficiado a la convivencia. Y Rajoy lo sabe. Lo sabe tan bien que su programa exige a los inmigrantes musulmanes que aprendan las costumbres españolas. Curiosamente, el PP no aplica el mismo argumento en Catalunya, donde parece existir un derecho superior: el que tienen los padres a escoger libremente la lengua de las escuelas públicas. Un derecho que, dicho sea de paso, no existe en ninguna parte del planeta: usted no tiene derecho a estudiar en francés en Estados Unidos, en español en Suecia o (señor Rajoy)… en árabe en Madrid.¿Por qué es Catalunya distinta? La respuesta del PP es fácil: pues porque Catalunya… ¡es España! Y ese es, precisamente, el problema. El PP no entiende que Catalunya tiene una cultura, una lengua y unas costumbres distintas. O quizá sí que lo entiende, pero ha descubierto que atacar a Catalunya y a su cultura le es políticamente rentable y eso es lo que ha hecho en los últimos años. La historia alemana del siglo XX lo demuestra, sin embargo, que el coste de esa irresponsable estrategia es elevado en términos de convivencia. Por eso, no votaré al PP.

Gracias pero, ¿qué hay alguien más?

El saben aquel que dice que un señor de Barcelona quería ir hacia el norte y va el tío y se sube al tren dirección sur. Si fuera un chiste de Eugenio no haría ninguna gracia. Pero si es una descripción del errático comportamiento de Esquerra en los últimos años, todavía la hace menos. Su norte es la independencia, pero encumbran al PSOE a la presidencia de la Generalitat. Naturalmente que el PSOE tiene derecho a presidir la Generalitat. Lo que pasa es que es un partido que se opone radicalmente a la soberanía de Catalunya. Es más. Es el partido que hizo dimitir a Carod de su puesto de Conseller en Cap. El que obligó a Esquerra a izar banderas Españolas. El que pasó el cepillo al Estatut del 30S. El que expulsó a ERC del Govern por votar no en el referéndum. Es el partido que ignora arrogantemente la soberanía del Parlament de Catalunya. El que ha exterminado el ala catalanista del PSC y ha enviado a Maragall y a sus Ciutadans al cementerio político (por cierto: ¿el objetivo del Tripartit 1.0, no era catalanizar el PSC? Felicidades: ¡objetivo cumplido!). Ante estas constantes humillaciones y agresiones, la reacción de ERC ha sido, en palabras de su ex presidente, Heribert Barrera: “ofrecer un patético espectáculo durante cuatro años de apoyar incondicional y gratuitamente al agresor”. Cuando los salvadores de la patria dan más importancia a la poltrona que a la dignidad, me viene a la mente aquel chiste de Eugenio: “Gracias pero, ¿qué hay alguien más?” No votaré a Esquerra.

La Distorsión como Método

Justo antes de empezar la campaña, el currículum de Carmen Chacón colgado en la web del PSC decía que era doctora en derecho. No lo es. Cuando el portal e-notícies descubrió la farsa, el PSC cambió la web rápidamente. José Zaragoza apareció ante los medios y afirmó que ellos nunca habían dicho que Chacón era doctora. Por suerte, e-notícies había copiado la web antigua y la publicó junto a la nueva. El PSC fue desenmascarado. Este episodio no ha tenido mucha repercusión mediática, pero es significativo dada la preocupante frecuencia con la que las mentiras emanan de labios socialistas: desde el famoso “aprobaré el estatuto que salga del parlamento de Catalunya” hasta el patético intento de ZP de vender (gráfico en mano) la ridícula idea de que la vivienda en España había bajado de precio en los últimos cuatro años, pasando por el “con un gobierno amigo en Madrid, Catalunya saldrá ganando”, o aquello de “invertiremos el 18,8% del gasto público en Catalunya” para inmediatamente cambiar la definición de “inversión” para escatimar recursos.A la falta sistemática de honestidad hay que añadir un extravagante deseo de ponerse medallas que no les corresponden (todas las infraestructuras de la que alardean ahora fueron empezadas durante el mandato del PP) y una embarazosa tendencia a dar las culpas de todos los males a los 23 años de Pujol. Si uno nunca es responsable, pues es un… irresponsable. Y como nunca voto a irresponsables que faltan sistemáticamente a la verdad, no votaré al PSC.

Anclados al otro lado del Puente

Lo tenían todo a favor: la ineptitud de sus adversarios se lo había puesto en bandeja. Pero entre unos y otros han conseguido desmoralizar tanto a sus seguidores que lo que otrora era una corriente política dominante y victoriosa se está convirtiendo en una coalición irrelevante.Durante 23 años, CIU dio confianza, orgullo y esperanza a un país perseguido por la dictadura. Jordi Pujol tendió el gran puente de Catalunya hacia el siglo XXI. Lamentablemente, Duran se quedó al otro lado del puente, anclado en el siglo XX.CIU se ha dedicado a lloriquear porque otros han formado coaliciones legítimas. Ha hecho patéticos intentos de entrar en la Generalitat por la puerta trasera. Ha sido incapaz de generar una sola idea que ilusione. Sus luchas de poder han creado tanta animadversión que ha impedido atraer a los catalanistas que estaban siendo expulsados a chorro del PSC (Maragall) o de Esquerra (Carretero). Incluso ha conseguido alienar a sus propios simpatizantes: hace unos meses escuché a Duran decir que los liberales no teníamos cabida en su proyecto político. No se preocupe, señor Duran, ya nos vamos.Pero antes de marcharnos, le diré que pienso que el catalán típico es sociológicamente de CIU. Por eso CIU resucitará. Pero eso no pasará hasta que sus líderes ofrezcan nuevas ideas, ilusión, esperanza, y valentía, dejen de quejarse sistemáticamente, dejen de alienar, hagan “trempar” a los suyos y, sobre todo, atraviesen el puente del Siglo XXI. Mientras tanto, yo no votaré a Duran.

1 comment:

Anonymous said...

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